ENFERMEDADES RARAS

Fenilcetonuria

Prevalencia de la fenilcetonuria en función de la zona geográfica

La incidencia de la fenilcetonuria (PKU) es de aproximadamente 1 de cada 10 000 en las poblaciones europeas. La enfermedad es menos frecuente en la población afroamericana, con una incidencia de aproximadamente 1 de cada 50 000. La incidencia, rara en Finlandia y en Japón, puede variar considerablemente entre las diferentes regiones.

Aspectos clínicos:

Las causas de la fenilcetonuria (PCU) son los déficits de una enzima hepática, la fenilalanina hidroxilasa (PAH), que cataliza la transformación de la fenilalanina (PHE) en tirosina. La actividad de la PAH está condicionada por la presencia de un cofactor, la tetrahidrobiopterina.

Si no se trata, los síntomas aparecen en los primeros meses de vida y pueden ser de muy graves a leves. Las manifestaciones clínicas incluyen un déficit intelectual irreversible, retraso del crecimiento, microcefalia, convulsiones, temblores, vómitos y olor típico (a ratón). Estos pacientes tienen a menudo la piel y el cabello claros, como consecuencia de un déficit de tirosina.

Además, existe una forma más grave de hiperfenilalaninemia, la PCU maligna. Esta anomalía no se produce directamente por un déficit de PAH, sino por un fallo en la síntesis de su cofactor, la tetrahidrobiopterina. La PCU maligna, responsable del 1-2 % de los casos de fenilcetonuria, se caracteriza a la vez por una hiperfenilalaninemia y por un déficit de neurotransmisores (serotonina y dopamina). Los signos clínicos retraso psicomotor, microcefalia, epilepsia mioclónica, hipertermia, dificultades de deglución e hipersalivación.

La fenilcetonuria en tamiz neonatal:

El diagnóstico de la fenilcetonuria en recién nacidos se basa en una medida del aumento de la fenilalanina en la sangre. Se distinguen mayormente tres formas, según el nivel de afección de la actividad de la PAH y de la tasa de fenilalanina plasmática que eso produce:

  • PCU clásica: tasa de PHE >1200 μmol/l
  • PCU moderada: tasa de PHE de entre 600 y 1200 μmol/l
  • Hiperfenilalaninemia: tasa de PHE <600 μmol/l

La confirmación del diagnóstico se realiza mediante un control de las concentraciones plasmáticas de la fenilalanina, en una nueva toma de sangre, y mediante un análisis molecular del gen PAH.

Para excluir un posible déficit de DHPR (PCU maligna), deberá considerarse sistemáticamente hacer también una medición de las biopterinas en orina y de la dihidropterina reductasa (DHPR) en sangre. Si este análisis resulta positivo, deberá considerarse hacer un análisis del gen QDPR.

Tratamiento

El tratamiento se adaptará al déficit enzimático identificado. La fenilcetonuria clásica o moderada se trata con un régimen alimentario bajo en fenilalanina. Cuanto más grave es la PCU, más restrictivo será el régimen. Este régimen deberá ser estricto durante los 10 primeros años de vida; después, podrá flexibilizarse un poco. Las mujeres que planeen buscar un embarazo también deben seguir un régimen riguroso para evitar la intoxicación del feto.

Algunos pacientes (del 15 al 30 %) responden a un tratamiento con tetrahidrobiopterina (sapropterina), que permite hacer bajar las concentraciones plasmáticas de fenilalanina. Por lo tanto, estos pacientes pueden seguir un régimen bajo en fenilalanina menos restrictivo.

Los pacientes que presentan una hiperfenilalaninemia por lo general no siguen un régimen, pero deben ser monitoreados regularmente, especialmente si se trata de una niña, ya que los futuros embarazos deberán ser supervisados.

La PCU maligna también se trata con una supervisión de la dieta de fenilalanina, acompañada de una suplementación de sapropterina y por un tratamiento medicamentoso con el fin de restaurar los niveles de neurotransmisores (L-Dopa/carbidopa y 5-hidroxitriptófano). El déficit progresivo de folatos cerebrales se previene con la suplementación de ácido fólico.

Herencia

La fenilcetonuria hereditaria se transmite de manera autosómica recesiva.

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